COMPRENSIÓN FUNCIONAL DE LA LLAMA VIOLETA - AMOR LIBERADOR
Vimos la semana pasada un aspecto de la Llama Violeta, transmutación y liberación, y como ella es una fuerza de vida que se manifiesta constantemente en nuestro cuerpo y mundo, especialmente a través del elemento agua.
Otro aspecto de la Llama Violeta es el “Amor Liberador”. Para entender mejor su funcionalidad, volvemos a comprender cómo la Vida se despliega naturalmente en nuestro cuerpo.
Cuando por alguna vivencia o estado emocional perdemos la armonía, puede ocurrir, por ejemplo, que nos cortamos un dedo mientras preparamos el pan. Nos autoinfligimos una herida y sangre sale. Frente esta situación nuestro cuerpo reacciona: sentimos el dolor e inmediatamente, alejamos el dedo del cuchillo. Internamente las plaquetas o también llamados trombocitos, elementos de nuestra sangre, reconocen el daño en el vaso sanguíneo y generan un trombo para parar el sangrado. En el proceso de creación del trombo, las plaquetas se desintegran. De este modo liberan sustancias que aceleran la reparación del daño en el vaso sanguino.
Una de las sustancias que libera las plaquetas es la serotonina. Ella tiene la función de contraer el vaso sanguíneo para disminuir la presión y velocidad de sangrado hasta pararlo. Pero, además, dicha serotonina tiene un efecto de modular el dolor: inicialmente lo aumenta para generar el movimiento de mano de protección alejándose del cuchillo. Después a nivel cerebral, cuando ya percibimos la situación, se genera una cascada de neurotransmisores, entre ellos la serotonina, que actúan para bajar tanto la intensidad de dolor como la memoria de lo sucedido.
La serotonina nos muestra de esta manera la acción concreta de Amor Liberador en nuestro cuerpo, el amor para preservar nuestra existencia indemne y la liberación de dolor y recuerdos adversos.
La Llama Violeta es vida, por lo tanto, tiene una expresión concreta en nuestro cuerpo. Es importante que por medio de estos artículos, vayamos integrándola como algo realmente funcional y concreto en nuestra vida cotidiana y fortalezcamos el vínculo con ella reconociendo su funcionalidad orgánica permanente.
